México 2011

Yo nunca pensé que este año iba a ir a México, pero a veces un viaje no surge porque uno tenga la idea de ir allí y lo planifique; a veces simplemente la vida te lleva a hacerlo porque pasan determinadas cosas. Esto es lo que pasó con México. Mi hermana se fue a vivir allí el año pasado y unos meses después nos dijo que se iba a casar. La boda se iba a celebrar en el mes de marzo, así que para allá me fui junto con algunos familiares. Yo encantada de tener una excusa para visitar este magnífico país, que nunca estuvo entre los primeros de la lista, pero sí es cierto que algún día quería visitarlo.

Pasamos la mayor parte del tiempo en México DF, donde vive mi hermana, pero también estuvimos en otros sitios como Guadalajara y la Riviera Maya. Sólo fueron 15 días, y fueron más los asuntos familiares que los turísticos los que nos ocuparon, aunque seguro que tendré oportunidad de viajar más allí en futuras ocasiones. México es un país poderoso, un país que le remueve a uno la energía y a nadie deja indiferente; pero también es un país con mucha alegría y color.


México DF

Es donde pasamos la mayor parte del tiempo, ya que mi hermana vivía allí, en una zona residencial bastante segura cerca del Parque Hundido. La verdad que no fuimos mucho de turismo en la ciudad porque estuvimos muy liadas con los preparativos de la boda. Sólo fuimos dos veces al centro histórico de la ciudad y una vez al precioso barrio de Coyoacán.

La Ciudad de México o México DF es la capital de México. Se encuentra en el Valle de México una gran cuenca en la alta meseta del centro de México, a una altitud de 2,240 metros y tiene una superficie de 1,495 km2, dividida en dieciséis delegaciones. La población asciende a 8.8 millones de habitantes, que junto con su área conurbada (Zona Metropolitana del Valle de México) suman más de 21 millones de habitantes, lo que la convierte en la tercera aglomeración urbana más grande del mundo, en la más grande del continente americano y la ciudad hispanohablante más poblada de la tierra. Os aseguro que estar allí dentro impresiona, se nota que es una ciudad muy pero que muy poblada.

A los pocos días de llegar, mi hermana nos llevó a la plaza del zócalo y la catedral metropolitana. La verdad que después de todo lo que había oído sobre los peligros de la ciudad, me daba miedito adentrarme en ella. Cogimos el metro hasta el centro, toda una experiencia que merece la pena probar. Es impresionante la cantidad de gente que puedes ver allí, te haces una idea de lo poblada que está la ciudad. Supongo que por cosas que habían pasado, ahora la seguridad en el metro estaba muy controlada. Había vagones para hombres y vagones para mujeres, con policías vigilando. No se suelen ver turistas en el metro pero mi hermana pensó que teníamos que probar la experiencia y nos llevó.

Fuimos a una tienda de bodas que estaba cerca de uno de los barrios más peligrosos de la ciudad (Tepito). Meterse en ese barrio era arriesgar tu vida, según decía mi hermana, que nos contó que un día se metió en él sin saberlo y luego se lo contaron. A pesar de todo lo que había escuchado de los peligros de la ciudad, no me pareció para tanto, o quizás necesitaba más días allí para percatarme de los peligros.

Cuando empezó a anochecer, mi hermana nos aconsejó volver ya que la ciudad se hacía aún más peligrosa a aquellas horas. Buscamos un taxi para volver a casa, algo en lo que también tienes que guardar precaución. Según mi hermana, los taxis amarillos con tarjetón son los seguros, así que buscamos uno con aquellas características. Aunque estábamos un poco temerosas, el taxista resultó ser amable y nos dio buena conversación todo el camino. Tuvimos que coger muchos taxis en aquellos días y la verdad que nunca tuvimos problema alguno, pero eso no quita que haya que ir con precaución.

Dos días antes de regresar a España visitamos el precioso barrio de Coyoacán, en pleno centro de la capital mejicana. Es muy conocido porque allí vivieron notables personajes como la famosa pintora Frida.

Allí estuvimos paseando por sus agradables calles y visitamos un mercado.

Luego fuimos a una plaza con una fuente muy bonita (Jardín Hidalgo) y allí entramos en un restaurante.

Pedimos comida típica, entre ellos los chapulines, de los cuales yo sólo probé un bocado, la verdad que mucho no me llamaban. También había una sopa campesina (que por cierto estaba llena de bichos pero estos se habían colado sin ser invitados) y pollo con la famosa salsa de mole (una salsa oscura que entres sus ingredientes lleva chocolate y chile).

chapulines

sopa campesina

pollo con salsa de mole

Después nos acercamos a la plaza del zócalo donde había algunas celebraciones porque era el día del equinoccio de primavera, 21 de marzo. Había indios haciendo danzas prehispánicas pero la ceremonia principal nos la perdimos, ya que tuvo lugar a la 1 de la tarde.

De la zona donde vivía mi hermana, lo único que merecía la pena de visitar era el Parque Hundido, del que pongo algunas fotos. Como veis hay muchas estatuas inspiradas en los tiempos precolombinos.


Teotihuacán

Allí fuimos dos días antes de que se celebrara la boda, mi madre, mi tía, mi prima y yo (mi hermana no pudo venir porque estaba liada con los preparativos, pero ella ya había estado allí de todos modos). Contratamos la excursión con la misma agencia con quién contratamos el viaje de Guadalajara y la Riviera Maya que haríamos después.

Nos vinieron a buscar al hotel muy temprano por la mañana y fuimos las primeras en subir al minibús. Durante más de una hora estuvimos recorriendo la ciudad para recoger turistas que se alojaban en distintos hoteles. El tráfico en México DF es horrible, quizás el peor que haya visto nunca, así que íbamos muy lentos y tardamos mucho en salir de la ciudad. Aquel viaje cruzando la ciudad nos permitió hacernos una idea de lo grande que era y la cantidad de gente que había, impresionante.

El primer sitio donde paramos fue la Plaza de las Tres Culturas, llamada así porque tiene conjuntos arquitectónicos de tres culturas distintas: Tenochtitlan (previa a la Conquista de México), la cultura española y el México moderno.

Sólo nos bajamos a hacer una foto y a escuchar una corta explicación de nuestro guía. Después continuamos hasta la Basílica de Guadalupe, lugar muy importante de peregrinación religiosa en México. Debo decir que la Virgen de Guadalupe en México tiene muchísima importancia y cuenta con muchos devotos. Se cuenta que la Virgen María de Guadalupe se apareció cuatro veces a san Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac. La Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga. Juan Diego llevó en su ayate (una especie de trapo que los campesinos utilizaban para recolectar) unas rosas que cortó en el Tepeyac, según la orden de la Virgen. Juan Diego desplegó su ayate ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de la Virgen María, morena y con rasgos mestizos. Este ayate está expuesto en la Basílica de Guadalupe.

Antes de ir hasta la basílica, paramos en el pueblo donde había muchas tiendas con objetos religiosos. Para mi madre, que es muy católica y devota de la Virgen, aquello fue una alegría, y debo decir que me costó sacarla de la tienda. El guía tuvo que venir a buscarnos porque mi madre se emocionó con las compras y se entretuvo más de la cuenta. También hay que decir que ella estaba ilusionada porque el pueblo de Guadalupe en España no está lejos de su pueblo y a ella le gusta mucho esta Virgen. Así que encontrarse con la Virgen de Guadalupe en México le llenaba de gozo y felicidad.

Al llegar allí, estaba lleno de turistas y peregrinos. Hicimos varias fotos y fuimos a visitar la basílica moderna. La antigua sigue ahí pero está cerrada porque sufre gran deterioro y hundimientos. También se construyó la moderna para poder albergar mayor número de peregrinos, ya que es bastante mayor.

Basílica moderna

Por fin llegamos a la zona donde tenían expuesto el ayate con la imagen de la Virgen.
En esta figura se puede ver a Juan Diego ante la aparición de la Virgen.
Continuamos hasta Teotihuacán, pero antes nos pararon en una tienda de artesanía, como no, típico de este tipo de tours. Allí nos explicaron primero como se hace el tequila y nos enseñaron el agave, la planta de donde sale. También nos enseñaron de donde sacaban la obsidiana, famoso mineral volcánico de México, y las artesanías que hacían con ella. Allí tenían unos perrillos mexicanos sin pelo.

Luego entramos en la tienda, que me pareció carísima, con lo cual yo no quise comprar nada. Mi prima se compró una figurita y mi madre una obsidiana pequeña. Poco después, al entrar en Teotihuacán, descubrimos como decenas de vendedores ambulantes nos ofrecían cosas parecidas por un precio mucho menor. Mi prima estaba súper rabiosa por haberse gastado el dinero en la tienda pero pronto se le pasó cuando subimos a la increíble pirámide.

Y por fin llegamos a Teotihuacán

Se trata de una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica. Este nombre fue empleado por los mexicas pero se desconoce el nombre que le dieron sus habitantes. Está a 45 km de la Ciudad de México, entre los municipios de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides. Los monumentos arqueológicos que contiene fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Se desconoce la identidad étnica de sus primeros habitantes aunque hay algunas hipótesis que apuntan que pudo haber diversos grupos con distinto origen étnico formando una urbe cosmopolita.

Nos dispusimos a subir a la mayor pirámida, la Pirámide del Sol. Mi madre no quiso subir pero mi tía y mi prima se animaron conmigo. La verdad que hay que mentalizarse de que te va a tocar subir muchos escalones, pero merece la pena cuando llegas arriba.

Las vistas empiezan a mejorar según subes y eso te anima a seguir.

Y ya por fin arriba, te alegras de haber subido. Desde allí se puede ver la otra pirámide, la Pirámide de la Luna.

Cuando bajamos nos encontramos con que mi madre ya estaba harta de todos los vendedores que la habían acosado durante la espera, la verdad que pesados son un rato.


Boda prehispánica en Tlazala de Fabela

La boda de mi hermana y su marido mejicano se celebró en una finca cerca del pueblo Tlazala de Fabela. Todos nos alojamos en unas cabañas que estaban en el pueblo, a excepción de mi hermana y mi madre que se alojaron en una casita en la finca, justo enfrente de la iglesia. La finca era muy bonita, como podéis ver en estas fotos.

La boda tuvo un elemento sorpresa que me encantó. Después de celebrarse la ceremonia católica, salimos de la iglesia y nos dijeron que fuéramos a un espacio abierto que había detrás. De repente vi aparecer varios indios ataviados con ropas tradicionales, plumas, pieles de animales y diversos adornos. Mi hermana había preparado una ceremonia prehispánica con ellos y eso nadie lo sabía, fue una sorpresa para todos. Hicieron danzas y luego el chamán del grupo ofició la ceremonia prehispánica. Hice muchas fotos y videos, creo que era la que más disfruté de todos. Los invitados mejicanos no tenían tanta curiosidad e interés como teníamos nosotras.

La boda fue larga y llena de celebraciones, al más puro estilo mejicano. Después de las dos ceremonias, entramos en el restaurante donde nos sirvieron una suculenta comida mejicana de lo más exquisita, mientras nos entretuvieron con mariachis y un grupo de salsa cubana. Me sacaron a bailar algunos mejicanos pero yo estaba más interesada en hablar con el chamán indio que se sentó a comer con nosotros en la mesa.

Al día siguiente, fuimos a ver el pueblo de Tlazala de Fabela, un pueblo típico mejicano, que aunque no tenía nada especial, me gustaba por el ambiente que allí se respiraba. Me encantaron los puestos de comida en la calle, las tiendas abiertas de par en par, las cosas destartaladas,… En general algo que me llamaba la atención de Méjico es que se hacía mucha vida en la calle, y siempre hay gente por todas partes, y mucha animación.

Mi madre quiso ir a misa porque era domingo y la acompañé. Éramos las únicas no mejicanas en la iglesia y me llamó la atención lo entregada que estaba la gente cantando y rezando. Me sorprendió también que llegara tanta gente, tantos que ya no cabían y se quedaban fuera oyendo misa. Mi madre no paraba de decir qué bien la gente en México, qué católica y qué participativos en la misa, no como en España.

Cuando volvimos a las cabañas, nos dijeron que recogiéramos nuestras cosas porque nos iban a llevar a comer a un sitio. Se trataba de un sitio en el campo, donde había una presa, un río y un bosque, y al que mucha gente iba de picnic los fines de semana. Había gente haciendo rutas a caballo y tirolina. Me hacía gracia que los que llevaban los caballos iban vestidos como los vaqueros americanos, con su sombrero típico.

Pero lo más famoso del lugar eran los restaurantes de truchas. Allí las tenían en unas piscinas, tú elegías la trucha que querías comer, la sacaban de allí, la mataban y te la cocinaban en el momento. La verdad que daba un poco de penilla verlo pero hay que reconocer que las truchas estaban muy ricas.


Guadalajara y Tlaquepaque

Dos días después de la boda, salimos de México DF para emprender nuestro viaje de seis días por México. Cogimos un vuelo a Guadalajara, y allí nos esperaba una señora de parte de la agencia. La señora era danesa pero había nacido en México, ya que sus padres emigraron allí antes de que ella naciera. Era gracioso escucharla con el típico acento mejicano y sin embargo un físico tan distinto del de los mejicanos. Nos pareció muy maja y agradable, y nos dio muchas recomendaciones de sitios que visitar en los dos días que íbamos a pasar allí.

Guadalajara es la capital del estado de Jalisco, y su zona metropolitana es la segunda más poblada del país.

Lo primero que visitamos fue un mercado muy curioso que estaba cerca de nuestro hotel.

Después fuimos al centro donde pudimos ver algunos edificios y monumentos históricos de la ciudad.

Catedral de Guadalajara

Palacio del gobierno

Claustro dentro del Palacio del gobierno

Una de sus famosas plazas

Seguimos caminando por una famosa avenida (Calzada de la Independencia?) hasta llegar a esplanada Plaza Tapatía.

Llegamos hasta esta estatua del Escudo de Armas de Guadalajara.
Seguimos caminando hasta llegar a la famosa plaza de los mariachis.

El segundo día fuimos al precioso pueblo de Tlaquepaque, situado a pocos kilómetros de Guadalajara. Fuimos en autobús hasta allí, mucho más barato que el taxi, y más interesante. Es un pueblo muy bonito y aquí podéis ver algunas de las fotos que hice.

Jardín Hidalgo

Parroquia de San Pedro

Andador Independencia

Nos encontramos también con este museo de la cerámica.

Entramos a comer a este restaurante que era famoso porque allí cantaban unas mujeres mariachis.

En la mesa nos pusieron una banderita española, ya que a cada uno le ponían una banderita dependiendo del país de donde fuera.

La comida tenía muy buena pinta, como podéis ver.

La Riviera Maya

Nuestro vuelo salía muy temprano desde Guadalajara, y la señora danesa nos vino a buscar a las 6 de la mañana al hotel. Llegamos a eso de las 12 a Cancún y allí nos esperaba otra persona de parte de la agencia. Este era mejicano total pero me pareció un tanto charlatán y no me gustó tanto. Recogió a varios turistas y nosotras fuimos las últimas en bajarnos del minibús. Nuestro resort, llamado complejo Akumal, parecía ser el más lejano de todos.

Aquí pongo algunas fotos de las playa paradisíaca de nuestro resort.

En aquello días sólo hicimos dos excursiones: Chitchén Itzá y Tulum. Hubiera querido hacer snorkel para ver las tortugas y los numerosos peces que allí habitaban, pero estaba acatarrada y con una infección de oído, una faena.

Chitchén Itzá

Se trata de uno de los principales centros arqueológicos de la península del Yucatán, procedente de la cultura maya.

Después nos llevaron a ver un cenote.

Y por último fuimos a la ciudad de Valladolid que quedaba cerca.

Tulum

Ciudad maya que está dentro del parque nacional de Tulum, junto a la costa. Es un sitio muy atractivo por la playa que tiene y está lleno de iguanas también.

De camino a Tulum nos encontramos a los famosos voladores, algo típico de México y curioso de ver.

 

Y algunas fotos graciosas para terminar.

Así termina este fascinante viaje a México.

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