Suiza: Los Alpes (18-22/08/2002)

El viaje hasta Suiza fue largo. Veníamos de Grecia y la noche del 15 de agosto cogimos un barco (Blue Star Ferries) de Patras a Venecia en el que viajamos dos noches y un día. Nuestro billete era para la cubierta pero tuvimos que buscar un sitio dentro porque hacía frío. Eso sí, a las 6 de la mañana venía un camarero a despertarnos con palmaditas porque allí no nos podíamos quedar más tiempo.

El día 17 por la mañana llegamos a Venecia, y después de dejar las mochilas en la consigna de la estación de tren, nos fuimos a recorrer la ciudad. Fuimos a los mismos sitios en los que yo ya había estado semanas antes: Plaza de San Marcos y Puente de Rialto, entre otros. Por la tarde cogimos las mochilas y nos fuimos al camping Fusina, el mismo donde me alojé la otra vez. Me encontré con los guías españoles que conocí la otra vez y estuvimos tomando algo con ellos.

El día 18 de agosto cogimos el autobús de Busabout muy temprano para ir a Lauterbrunnen, en los Alpes suizos. Paramos en Lucerna, ciudad que se levanta a orillas del lago de los Cuatro Cantones y cerca de los montes Pilatus y Rigi de los Alpes suizos.

Lucerna es considerada la ciudad más turística de Suiza y nosotros tuvimos la oportunidad de recorrerla durante un par de horas. Fuimos al Kapellbrücke que es la atracción más visitada por los turistas. Se trata puente de madera más antiguo de Europa y el segundo más largo (204,70 metros). Cruza el río Reuss. El puente fue construido en 1365 y conecta la ciudad antigua con la nueva. El puente era aún más largo pero sufrió un incendio que lo dañó severamente. En el techo del puente se hallan 111 espacios que contienen pinturas que muestran parte de la historia de Lucerna. En medio del puente se encuentra Wasserturm, una torre octogonal que fue construida en torno a 1300, siendo aún más antigua que el puente.

Lauterbrunnen

Llegamos al camping por la tarde y nos repartieron en cabañas. El camping se llamaba Jungfrau, como el pico más alto de la región, que tiene 4158 m de altura. Nos encontramos en la región de Berner Oberland, una de las zonas más espectaculares de los Alpes suizos, donde destacan los picos de Eiger, Mönch y Jungfrau que rodean un valle con 72 cascadas. El camping se encuentra junto al pueblo de Lauterbrunnen.

Al día siguiente tardamos mucho en salir del camping y a la 1 de la tarde bajamos al pueblo para pregunta en la oficina de turismo por los sitios para visitar. Decidimos ir a las cascadas de Trümmelbach. Se tardaba una hora aproximadamente en llegar allí andando. Consistían en 10 cascadas de glaciar, las únicas en Europa dentro de una montaña y todavía accesibles. Llevan hasta 20000 l de agua por segundo. Hay un ascensor que lleva hasta un punto y luego escaleras que van dentro de túneles iluminados. Después de las cascadas fuimos a un bosque donde estuvimos un rato meditando. El paisaje de aquel lugar era de una belleza indescriptible; estar allí era sencillamente un privilegio que me hacía sentir agradecida por tener la oportunidad de viajar.

El 20 de agosto fuimos al pico Schilthorn que tiene 2970 m de altura. Para ello cogimos un funicular a Grütschalp a las 8:30 de la mañana y allí un tren a Mürren donde cogimos un teleférico a Schilthorn. Sinceramente la vista desde allí no me pareció tan espectacular como esperaba. Allí se encuentra el famoso restaurante Piz Gloria, restaurante circular con vistas panorámicas donde se rodó una película de James Bond. Desde la cumbre se ven los siguientes picos: Wetterhorn (3704 m), Eiger (3970 m), Mönch (4099 m), Jungfrau (4158 m), Gletscherhorn (3983 m), Ebenefluh (3960 m) y Mittaghorn (3897 m).

Después de un rato volvimos a Mürren y comimos allí. Cogimos un funicular a Allmendhubel y allí comenzamos la ruta de Northface-Trail, que es una ruta de dos horas de duración de vuelta a Mürren que presenta las caras norte de los Alpes berneses. A lo largo de la ruta hay paneles informativos, 12 en total. Al poco rato de empezar la ruta, se puso a llover. Paró enseguida pero después hubo tormenta.


Luego fuimos andando de Mürren a Grütschalp, atravesando un bosque precioso y mágico. En Grütschalp cogimos el funicular a Lauterbrunnen.

Interlaken

Al día siguiente fuimos a Interlaken porque había predicciones de lluvia, aunque yo hubiera preferido ir a la montaña. Ojalá no nos hubiéramos hecho caso de las predicciones porque el tiempo fue mejorando y terminó siendo mejor que el día anterior. El nombre significa “entrelagos” y es la capital del distrito administrativo Interlaken-Oberhasli, en el cantón de Berna. Es una ciudad pequeña y tranquila, y lo que más me llamó la atención es su pulcritud y limpieza. No había ni un papel tirado en el suelo, ni un rastro de suciedad, todo era perfección y armonía. Lo cierto es que Suiza siempre ha tenido fama por su limpieza y orden. Caminamos por la calle principal donde había muchas tiendas y luego fuimos a un parque muy grande.

Cuando volvimos al camping de Lauterbrunnen, mi hermana se quedó en la cabaña pero yo tenía ganas de estar en contacto con la naturaleza. Caminé hasta un río de aguas turbulentas y me senté un rato a meditar allí. Por la noche hubo un espectáculo de música y danza folclórica de los Alpes en el camping lo que atrajo a mucha gente.

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