Día 3: Visita al pueblecito de Zaanse Schans (16 de septiembre)

Continúo con mi relato del viaje a Ámsterdam y alrededores que realicé en septiembre del 2012. Esta es la tercera entrada de este viaje que duró cinco días y que emprendí desde Edimburgo en un autobús que tardó 20 horas en llegar a la capital holandesa. Podéis encontrar las dos primeras entradas en el enlace anterior.

Ámsterdam es una ciudad cosmopolita y cultural. En los alrededores podéis disfrutar de preciosos pueblos típicos como Zaanse Schans que merecen mucho una visita. Se puede coger un autobús en el centro y en menos de una hora ya estás allí.

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Mis rincones favoritos de Londres

Londres es una de las ciudades más turísticas de Europa, con mucho que ofrecer al visitante, y unos pocos días no son suficientes para recorrerla completamente. En este artículo no quería escribir sobre los sitios más turísticos y conocidos de Londres, creo que sobre ello ya se ha escrito mucho. En mi primera visita a Londres hace diez años visité todos aquellos lugares, así que cuando viví allí el año pasado quería dejarme sorprender por otros menos conocidos pero no por ello menos interesantes. Quizás la primera vez que uno viene a la ciudad se decanta por visitar Westminster con el Big Ben y el Parlamento, el Palacio de Buckingham, Trafalgar Square, Leicester Square, Oxford Circus, Picadilly Circus, Covent Garden, St Paul o London Bridge. También algunos famosos parques del centro como Hyde Park, Regent’s Park y St. James’s Park.

London Bridge

St James’s Park

Pero como decía antes, quiero hablar de lugares menos conocidos que me a mi me han encantado. Uno de estos sitios es Kingston upon Thames (donde viví mi primer mes en Londres) y su vecino Richmond upon Thames. Son en realidad dos pueblos que están en Greater London. Kingston es el lugar donde empezaron a coronar a los reyes ingleses y allí podéis ver la piedra de la coronación. También merece la pena de verdad la Plaza del Mercado y el paseo junto al río Támesis. Richmond queda más cerca de Londres e incluso el metro llega allí. Cabe destacar sus puentes y sus verdes praderas junto al Támesis, y sobretodo el Parque de Richmond que comparte con su vecino Kingston. Este parque es el más grande de Londres, tiene un lago y hasta muchos ciervos viven en él. Tampoco debéis dejar de visitar Kew Gardens, muy cerca de Richmond upon Thames, uno de los mejores jardines botánicos del mundo.

Plaza del Mercado en Kingston upon Thames

Richmond Park

El siguiente sitio donde viví fue West London y allí pasé tres meses. El corazón de West London es Hammersmith, que es como el centro urbano de esta zona. Yo trabajaba en Ravenscourt Park, un precioso parque de Hammersmith. Vivía en Brentford, en concreto South Ealing, que está en la línea de metro que va al aeropuerto de Heathrow. Muy cerca quedaba Acton Town, que es como un pueblo aparte. Al lado de casa tenía el enorme parque de Gunnersbury, que atravesaba cada mañana para coger el autobús. Chiswick es una elegante zona junto al Támesis que está entre Brentford y Hammersmith; destaca por sus lujosas casas y bonitos jardines. Por último, en esta zona recomiendo visitar Barnes donde está la WWT London Wetland Centre, una reserva natural urbana con una amplia colección de aves acuáticas de todo el mundo. Este lugar es único en el mundo por ser una reserva natural construida artificialmente en plena ciudad, una iniciativa muy interesante.

A orillas del Támesis en Chiswick

WWT London Wetland Centre en Barnes

Por último viví en North London, en concreto en la zona de Islington, un poco más arriba de la famosa estación de tren King’s Cross. Esta ha sido la zona de Londres que más me ha conquistado, y a pesar de haber pasado sólo un mes aquí, me ha quedado claro que es el mejor sitio de la ciudad para vivir. Esta vez he estado más cerca del centro que nunca, pero a pesar de ello, no me han faltado espacios verdes cerca. De esta zona cabe destacar Stoke Newington, lugar muy “trendy” con mercados ecológicos, tiendas y cafés alternativos. Allí estaba el precioso parque de Clissold, que aunque no es muy conocido, es de los más bonitos que he visto en Londres. Un poco más lejos está Finsbury Park, más conocido, aunque a mí me gustó menos; aún así recomiendo visitarlo.

Clissold Park

Farmers’ market Stoke Newington

Luego está Victoria Park, un conocido parque que está junto al Regent’s Canal. Este canal tiene unos 13 km de longitud y recomiendo recorrerlo en bici. Yo fui hasta Camden Town siguiendo el canal desde Islington y me pareció una excursión preciosa. El mercado de Camden es otro sitio del norte de Londres que uno no se puede perder, lugar muy alternativo donde puedes encontrar de todo lo que te puedas imaginar. En el norte (pero más hacia el oeste) también está el parque de Hampstead, que merece mucho la pena, sobre todo por las impresionantes vistas que tiene desde Parliament Hill, una colina. Por último, visité el templo hindú más grande fuera de la India, llamado Shri Swaminarayan Mandir, algo que no es de extrañar teniendo en cuenta la gran comunidad india que hay viviendo en Londres.

Regent’s Canal

Camden Town

Esto es sólo un resumen de todo lo que escribí sobre Londres el año pasado, pero si queréis leerlo en detalle, os recomiendo hacer click en este enlace y ahí encontraréis un índice con todas mis entradas sobre Londres (y algún otro sitio de Inglaterra). Espero que os guste!

La legendaria y misteriosa Capilla de Rosslyn

A tan sólo 20 km de Edimburgo, se encuentra un lugar lleno de misterio, leyendas y misticismo: la Capilla de Rosslyn o Roslin. Está situada en el pueblo de Roslin y muy cerca se encuentran las Pentland Hills de las que ya hablé en otra entrada. Guarda en su interior importantes secretos de los templarios y también está vinculada a los masones. Hay personas que sostienen que las esculturas de la capilla son base para un portal hacia otra dimensión e incluso algunos aseguran haber visto ovnis en los alrededores del pueblo. Antes no era tan conocida, pero desde que apareció en la novela y película El Código Da Vinci, su fama se ha visto incrementada.

Yo fui por primera vez a finales del 2001, en mi primera estancia en Escocia, y por entonces no tenía conocimiento de su existencia. Fue un amigo muy metido en temas de esoterismo el que me habló del lugar y me llevó con él a verla. Recuerdo que pasamos horas observando cada símbolo esculpido en piedra, lugar mágico y misterioso donde los haya. Con motivo de la visita de unas amigas a finales de septiembre del 2012, volví a este lugar que tanto me fascinó en su día. Me di cuenta de que la cosa había cambiado y un poco de encanto había perdido. Ahora había un museo y un centro de visitantes, todo estaba mucho más preparado para el turista. Esta vez pagué una entrada, la otra vez no recuerdo haber pagado, pero puede ser que lo haya olvidado. En cualquier caso, me siguió pareciendo un lugar fascinante que a continuación os quiero descubrir.

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Día 2: Recorrido en bici por Ámsterdam (15 de septiembre)

Continúo con mi relato del viaje a Ámsterdam y alrededores que realicé en septiembre del 2012. Esta es la segunda entrada de este viaje que duró cinco días y que emprendí desde Edimburgo en un autobús que tardó 20 horas en llegar a la capital holandesa. Podéis leer en detalle cómo fue el viaje en autobús y el primer día de visita en Ámsterdam en la primera entrada del viaje.

Yo fui en autobús porque cuando quise comprar el billete de avión ya habían subido mucho de precio, pero normalmente si miráis con tiempo, podéis encontrar buenas ofertas. La vuelta la hice en avión con Easyjet, pero también hay otras compañías aéreas con vuelos directos entre España y Ámsterdam, así que no viene mal mirar los vuelos económicos de Vueling o alguna oferta de Iberia.

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Mis segundas Navidades en Edimburgo

Como sabéis los que seguís mi blog, ya viví en Edimburgo hace unos diez años, y por aquel entonces ya pude experimentar las Navidades aquí (Gran Bretaña 2001). Justo el día 21 de diciembre de aquel año, dejé el trabajo que tenía para así aprovechar al máximo mis dos últimas semanas en esta fantástica ciudad que tanto amo, antes de regresar a España. Por cierto, no sabéis cuanto lamenté después haber dejado el trabajo y haberme marchado, porque en realidad mi corazón quería seguir allí, y siempre tenía esa espinita clavada de regresar a Edimburgo para vivirlo más. Por fin en el 2012 ese sueño se cumplió y regresé de nuevo para vivir una temporada más larga que la anterior.

Esta vez no he tenido ocasión de disfrutar de todos los eventos navideños como aquel año ya que el máster que estoy estudiando me tiene muy absorbida y apenas me deja tiempo para nada más. Aún así pude escaparme un día a hacer fotos de los mercadillos y diversas atracciones de feria que ponen todos los años en el centro. También el día 25 celebré la Navidad recorriendo las calles de esta maravillosa ciudad en un día de pleno sol que fue sin duda el mejor regalo que recibí. Por último me acerqué a ver la procesión de las antorchas el día 30 con los fuegos artificiales al final (un pequeño adelanto de lo que vendría el día después). No pude disfrutar de la famosa fiesta y espectaculares fuegos artificiales de Hogmanay porque tuve que trabajar esa noche (o mejor dicho anoche) pero ya tuve ocasión de vivirlo en el 2001. Para que vamos a engañarnos, lo pasé bastante mejor entonces, pero tampoco me quejo este año. Volver a experimentar unas Navidades en esta maravillosa ciudad ya me parece un privilegio.

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Pentland Hills y la pista de esquí artificial más larga de Europa

Con motivo de uno de mis trabajos del máster (un plan de gestión de un parque natural) tuve que visitar este precioso lugar situado a tan sólo media hora de Edimburgo. Es curioso que la vez anterior que viví en Edimburgo nunca escuché sobre este lugar (ni otros que estoy descubriendo ahora).  Un día nublado de diciembre (por suerte no muy frío) me fui con dos compañeras de clase para allá. No habíamos leído mucho sobre el parque antes de ir y nos fuimos un poco a la aventura, esperando conseguir algún mapa en el centro de visitantes para hacer alguna ruta (además de  información para nuestro trabajo).

The Pentland Hills son una cadena de colinas en el suroeste de Edimburgo, a tan solo media hora de la ciudad, con picos en torno a los 500 m. Este lugar fue nombrado Parque Regional en 1984 y ocupa un área de 90 km².  Tiene muchos usos recreativos: senderismo, bici de montaña, rutas a caballo, orientación, pesca, golf y la pista artificial de esquí de Hillend Ski Centre.  La verdad que es de lujo tener una reserva natural como esta tan cerca de la ciudad, y es que Edimburgo está en un entorno privilegiado.

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Culturas ancestrales y su conexión con la tierra

La idea de este artículo surgió a raíz de un tour guiado que tuve que realizar en el Museo Nacional de Escocia como una de las partes en la que iba a ser evaluada en una asignatura del máster de Ecoturismo. Al principio no me hizo ninguna gracia tenerme que enfrentar a semejante evaluación, y además hacerlo en inglés complicaba las cosas. Sin embargo, el tema que elegí me apasionaba tanto, que terminé disfrutando con la tarea. La sección del museo elegida se llama «Living Lands» y trata sobre seis culturas ancestrales, los recursos naturales que utilizaban en su vida diaria y su conexión espiritual con los espíritus de la naturaleza. Yo me centré en tres culturas y en un animal importante para cada una de ellas, comentando también sobre sus creencias espirituales de las que estos animales formaban parte. El tour salió muy bien y aprobé con buena nota, pero lo más importante es que aprendí mucho sobre las culturas de las que tenía que hablar.

Estas culturas han vivido durante cientos de años en estrecho contacto con la naturaleza y han aprendido de ella para poder sobrevivir en ambientes que a veces eran duros y extremos. Estas culturas desarrollaron un profundo conocimiento sobre las plantas y animales que los rodeaban, y las utilizaron de forma sostenible en su vida diaria. Su espiritualidad tenía muy en cuenta estas plantas y animales, a los cuales trataban con respeto y agradecimiento. Esa conexión que ellos tenían con su entorno es algo que hemos perdido en las sociedades modernas y que algunos de nosotros echamos en falta. Creo que una de las razones por las que viajamos es para acercarnos un poco a las culturas que aún conservan parte de esa conexión, recuperando un poco de lo que hemos perdido.

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Arthur’s Seat, la montaña de Edimburgo

Hay una imponente colina que se eleva sobre la ciudad de Edimburgo, muy cerca del centro, y desde cuya cima se pueden disfrutar de unas impresionantes vistas panorámicas. Se trata de Arthur’s Seat, colina de origen volcánico de unos 2000 años de antigüedad. Es el pico más alto (251 m) de un grupo siete colinas sobre las que se eleva la ciudad, y se encuentra en el espacio natural de Holyrood Park, con paisaje similar a las Highlands. No podéis iros de Edimburgo sin haber subido a esta colina, o al menos haberos acercado al parque donde se encuentra.

La vez anterior que viví en Edimburgo lo visité varias veces y lo recordaba como uno de mis lugares favoritos. Sólo tres días después de mi regreso en septiembre del 2012, volví allí para hacer el ascenso que me llevara la cumbre de Arthur’s Seat. Me sentía dichosa y pletórica por estar allí de nuevo; contemplando las fantásticas vistas de la ciudad sólo podía sentirme afortunada por tener la oportunidad de vivir allí otra vez. El verde de las colinas y el azul del mar se mezclaban en escenario perfecto para una ciudad de ensueño, y mi sueño de volver allí hecho realidad de nuevo.

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Halloween en Edimburgo

El día de Halloween es muy celebrado en Edimburgo, como no podía ser menos, ya que esta ciudad tiene fama de ser oscura y tétrica, pero también de albergar mucha fiesta y celebración. Las dos cosas se combinaban perfectamente aquel día y los días que le precedieron la ciudad se iba vistiendo para la ocasión. Muchas tiendas y casas tenían la decoración de Halloween incluso semanas antes de que llegara el día. Las fiestas de Halloween se anunciaban por todas partes. Aunque Halloween nunca me llamó demasiado la atención, pensé que no podía perdérmelo en una ciudad como esta, ya que esta tradición surgió en estas tierras.

El origen de esta festividad está en el paganismo celta, y era llamada Samhain. Por eso se celebra sobre todo en los países anglosajones. La palabra Halloween viene de una variación escocesa de la expresión inglesa «All Hallows’ Even» que significa «víspera de todos los Santos». De hecho también el cristianismo la ha adoptado como festividad religiosa y el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es lo que tradicionalmente se ha celebrado más en España y otros países católicos. Pero volviendo al sentido pagano de esta fiesta, que es donde está su origen, Samhain se celebraba al final de la temporada de cosechas y era considerada como el “Año nuevo celta”, que comenzaba con la estación oscura, el invierno.

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Mi regreso a Edimburgo

La verdad que la vida da muchas vueltas y es curioso cómo suceden cosas que a veces ni esperamos. Hace algo más de un año yo estaba en España escribiendo un antiguo post sobre mi estancia en Gran Bretaña en el año 2001 (Gran Bretaña 2001) y en la tercera parte de ese post hablaba de mi vida en Edimburgo. Por entonces ni me podía imaginar que regresaría aquí este año; sabía que me quería marchar de nuevo de España pero aún no sabía dónde. En febrero de este año me fui a Londres un poco a la desesperada, sin estar muy convencida, sólo por salir de España y probar suerte en algún lugar del extranjero. Londres no me convenció lo suficiente como para quedarme definitivamente, así que después de 6 meses allí, tomé la decisión de ir a Edimburgo a estudiar un máster.

A pesar de que esta ciudad me encantó en su momento, no creáis que tenía muchas ganas de volver a un lugar donde ya había estado y donde había vivido una serie de experiencias con gente que ya no estaba aquí.  Volver a este lugar del pasado y sin la gente que me acompañó en aquellos meses que aquí viví, me producía cierto miedo, más que nada porque sabía que ya no sería la misma experiencia de antes y temía decepcionarme. Realmente era como empezar de cero, con todas sus dificultades, y además sola. Contacté con algunos couchsurfers y ellos fueron las primeras personas que conocí, mi primer punto de contacto. No me enrrollo más y empiezo a relatar esta historia de cómo llegué a Edimburgo y cómo fueron mis comienzos en esta ciudad donde ya había vivido antes (quizás debería decir mis segundos comienzos).

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