Nueva York (20-24/06/2008)

Nuestra entrada en Estados Unidos fue por carretera y veníamos de las Cataratas del Niagara donde habíamos pasado el día. Íbamos en el coche de mis amigos americanos Sean y Carolyn, una pareja que conocí cuando vivía en Salamanca y a los que daba clases de español. Pasar la frontera de Estados Unidos por tierra nos causaba miedo pero para nuestra tranquilidad íbamos con americanos, lo cual sería de gran ayuda. Llegamos a la frontera en Buffalo y allí nos pararon. Les enseñamos nuestra documentación y después de algunas preguntas, nos hicieron bajar del coche. Debieron sospechar de aquel extraño grupo de viaje: una pareja de americanos, una francesa y dos españolas, una de las cuales se iba a quedar en Canadá durante meses.

Entramos en la oficina de inmigración y allí nos tuvieron esperando como una hora hasta que nos llamaron. Esto parecía de película, a ver lo que iba a pasar ahora. Menos mal que el policía que nos atendió era simpático y bromeaba con nosotros mientras nos preguntaba. Nos hizo todo tipo de preguntas de cómo nos conocimos, por qué habíamos viajado allí, de dónde éramos, dónde vivíamos, a qué nos dedicábamos, etc. Nos tuvimos que hacer una «green card» temporal para poder visitar Estados Unidos, con huellas dactilares y foto incluidas, todo por el módico precio de 6$, tras lo cual, nos dieron permiso para atravesar la frontera. Después nos esperaban 6 horas hasta Beacon, el pueblo donde vivían Sean y Carolyn, en el estado de Nueva York. Llegamos a las a las 12 de la noche, todos muy cansados.

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